Por Diana Diaz
Estudiante Comunicación Social – Fundación Universitaria de Popayán
Título: Akira
Título Original: Akira
Género: Acción, Ciencia Ficción, Cyberpunk, Post-Apocalíptico
Dirección: Katsushiro Otomo
Guión: Izo Hashimoto, Katushiro Otomo
Música: Shoji Yamashiro
Fotografía: Katsuji Misawa
Actores de Voz: Mitsuo Iwata, Nozomu Sasaki, Mami Koyama, Taro Ishida.
Protagonistas: Tetsuo, Kai
Año: 1988
Akira nos presenta un balance perfecto entre paleta de colores y banda sonora, nos lleva y atrapa en una historia a través de la mirada de principalmente, dos jóvenes, en un neo-tokio totalmente distópico y desbalanceado. Dirigida por el mangaka japonés, Katsushiro Otomo, autor también
del manga que lleva el mismo nombre, se dio a conocer en 1988. Akira es en sí misma una revolución, combina perfectamente lo fantástico de la animación con un mensaje profundo. Una realidad que nos lleva a entender la naturaleza humana y a su vez, lo que es capaz de hacer por el poder. Su paleta de colores va de cálidos a fríos, manejando principalmente tonos rojizos y azulados, el manejo de cámara en la construcción de los planos animados, nos transporta a un mundo que parece el mismo que conocemos pero al mismo tiempo no se siente correctamente nuestro mundo.
El dibujo, por supuesto de los 80s, hace de Akira una revolución para la época, sobretodo en los elementos distinguidos, como la chaqueta roja del joven Kei, que tiene una píldora en su espalda, (azul y blanca) y la icónica moto, cuyo modelo es inexistente.
Akira es un viaje por la ciencia ficción distópica de un mundo que no tiene “esperanza”, y en medio del neo tokio, nos relata la historia desde el punto de vista de unos pandilleros, unos jóvenes que se dedican a guerrear entre bandas, con Kei como líder del grupo, así mismo, su amigo de infancia Tetsuo, se vuelve el punto clave para desarrollar una historia con poder psíquicos. Desde el primer fotograma, Akira nos lleva a un mundo después de la III guerra mundial, lo que hace que el espectador sepa de antemano cómo podría estar la situación gubernamental, social y económica, así mismo, las calles muy parecidas al ambiente de Blade Runner, muestra una sociedad desenfrenada y llena de libertinaje. Drogas, bandas, es una ciudad sin ley que así mismo, la alta sociedad domina a la perfección. Tetsuo es el catalizador que utiliza Otomo para mostrarnos la realidad del mundo en el que estamos: Los poderes psíquicos. Es aquí donde la historia realmente comienza hacia algo totalmente inesperado, Tetsuo es un personaje puede ser, típico japonés que se siente inferior a su mejor amigo Kei, lucha con todas sus fuerzas por ser superior o al menos, lograr ganarle en algo pero no puede, siempre debe ser rescatado de las otras pandillas. Es por esta razón, que se vuelve el personaje perfecto para adquirir de manera accidental, el encuentro con la verdad. Tetsuo es sometido a diferentes experimentos para volverlo una persona con poderes, a través de Akira, es aquí donde se explica realmente el por qué se llama Akira a pesar de que los personajes principales no llevan ese nombre. Akira fue el primer niño con poderes más allá de lo humano, pero fue sometido a múltiples experimentos que lo llevaron a explotar y generar un cráter en la tierra. A medida que el film avanza, podemos ir notando como Tetsuo es consumido por la mente de akira y kei, su amigo, se ve envuelto en todo esto pues mantiene la esperanza de lograr ayudar a su mejor amigo.
Akira es una expresión de arte, la banda sonora de Shoji Yamashiro juega un papel fundamental en la psicología de la película, llevándonos a través de lo sonoro a un viaje distinto, nos hace sentir parte de aquel mundo, intensifica las emociones de manera que entiendes lo que está sintiendo cada personaje y la gravedad de la situación, la animación tiene un estilo hermoso, el manejo de luces y perspectiva, por ejemplo, en la persecución de la pandilla de Kei a otra, te hace sentir presente, como si tu mismo estuvieses en una moto andando junto a ellos. Toda la colorimetría de la película está en rojos y azules, son un elemento distintivo y curioso, pues así mismo, Matrix, 11 años después, nos presenta la píldora azul, y la píldora roja, casi como haciendo un homenaje a la icónica chaqueta de Kei. Una obra construida con la presencia justa de elementos sonoros y visuales, realmente, no por nada es una de las mejores películas de animación de la historia.